martes, 21 de abril de 2015

LOS PERROS

El perro o perro doméstico (Canis lupus familiaris) o también llamado canes un mamífero carnívoro de la familia de los cánidos, que constituye una subespecie del lobo (Canis lupus). Un estudio publicado por la revista de divulgación científica Nature revela que, gracias al proceso de domesticación, el organismo del perro se ha adaptado a cierta clase de alimentos, en este caso el almidón.7 Su tamaño o talla, su forma y pelaje es muy diverso según la raza. Posee un oído y olfato muy desarrollados, siendo este último su principal órgano sensorial. En las razas pequeñas puede alcanzar una longevidad de cerca de 20 años, con atención esmerada por parte del propietario, de otra forma su vida en promedio es alrededor de los 15 años.

Se cree que el lobo gris, del que es considerado una subespecie, es el antepasado más inmediato. Las
pruebas arqueológicas demuestran que el perro ha estado en convivencia cercana con los humanos
desde hace al menos 9000 años, pero posiblemente desde hace 14 000 años. Las pruebas fósiles
demuestran que los antepasados ​​de los perros modernos ya estaban asociados con los humanos
hace 100 000 años. Las investigaciones más recientes indican que el perro fue domesticado por
primera vez en el este de Asia, posiblemente en China; sin embargo, es incierto si todos los perros
domésticos provienen de un mismo grupo o si el proceso de domesticación se repitió varias veces.

Hay aproximadamente 800 razas —más que de cualquier otro animal— que varían significativamente
en tamaño, fisonomía y temperamento, presentando una gran variedad de colores y de tipos de pelo
según la raza de perro. Tienen una gran relación con los humanos, para quien son animales de compañía, animales de guardia, perros de trabajo, perros de caza, perros de aguas, galgos de carrera, perros guía, perros pastores o perros boyeros por ejemplo. En 2001, se estimaba que había 400
millones de perros en el mundo.



Ancestros e historia de la domesticación

En el siglo XXI, los investigadores han alcanzado un consenso casi absoluto acerca de que es muy
posible que la domesticación del perro empezara más por la adaptación espontánea de este al acercarse a vivir junto al hombre que por la voluntad humana.9 Esto se debe a que vivir junto al hombre siempre fue ventajoso para el cánido. Un perro viviendo en una comunidad humana, aún en la Antigüedad, podía alimentarse con menos esfuerzo que uno salvaje, podía vivir en mejores condiciones disfrutando del afecto y cuidado humano.

El perro es una subespecie doméstica del lobo, según la comparación de los mapas genéticos de ambas especies.10 La evidencia fósil más antigua de un perro domesticado fue encontrada en 2008 en la cueva

Goyet de Bélgica, correspondiente a unos 31.700 años y al parecer asociado a la cultura auriñaciense.11 Hasta entonces las pruebas más antiguas se habían encontrado en Rusia,
pertenecientes a hace 14.000 años (Eliseevich). El hombre consiguió domesticar a ejemplares de lobos,o, más probablemente, se demostró incapaz de impedir que los lobos se introdujeran en sus aldeas y tuvieran allí a sus cachorros.9 El perro era útil como ayuda en la caza y para defender al grupo y su morada. Poco a poco, el hombre los adaptó a sus necesidades, creando diferentes razas para las distintas labores y características ambientales y geográficas.

El ser humano se dio cuenta rápidamente de los finos sentidos del olfato y el oído que tenía el
perro su olfato es más potente que del humano —su área olfatoria es 20 veces más gruesa, y en el caso del pastor alemán con una superficie 34 veces mayor y con 40 veces más células olfatorias— y su oído es capaz de percibir sonidos muy por debajo y por encima del rango que oyen los humanos.
Ventaja ésta que aumenta su utilidad para la caza y las labores de guarda. Su uso como pastor y
protector de los rebaños es bastante posterior, yendo pareja a la domesticación y explotación de otros
animales. Animal de costumbres sociales, que convive en grupos perfectamente jerarquizados, se
adaptó a convivir con los humanos.
Los perros son muy valorados por su ayuda en la caza. Los perros enterrados en el cementerio
mesolítico de Svaerdborg en Dinamarca muestran que, en la antigua Europa, eran ya una valiosa
compañía.

Los perros han acompañado al hombre en su proceso a la civilización; su presencia está probada en
todas las culturas del mundo, así en Perú en la etapa preincaica, los mochicas los usaban como ayuda de caza y también como mascotas en casa. En el entierro del Señor de Sipán, se encontraron dentro de las tumbas restos de un perro que seguramente se usó en la caza, ya que el cráneo tenía perfectamente
desarrollados sus molares.

El cráneo y los dientes del perro doméstico han disminuido de tamaño con relación al lobo al no
necesitar matar presas grandes. Así mismo, al pasar de una dieta de carne a una constituida por los
desechos provenientes de la alimentación de los humanos, desarrollaron cerebros más pequeños que
requieren menos calorías y menos proteínas para su crecimiento y sustento. La percepción del perro
por parte del ser humano ha variado y varía según las culturas, en varias etnias americanas anteriores
a 1492, tal y como aún ocurre en zonas del Extremo Oriente Asiático, los perros eran usados
directamente como alimento; en zonas del Oriente Medio el perro ha sido asociado por su aspecto con los chacales —de hecho científicamente se creyó hasta el desarrollo de la genética a fines del siglo XX que los perros comunes de todo el mundo eran descendientes de chacales— y al ser los chacales animales principalmente carroñeros, los perros también han sido considerados impuros en esa zona. Quizás la única especie de perro que no desciende del lobo es el perro fueguino que descendería del culpeo.

















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